viernes, 4 de noviembre de 2011

La música se tomó el Museo de la Chilenidad en la Casona Santa Rosa de Apoquindo


La música se tomó el Museo de la Chilenidad

Coloridos chamantos de todos los tiempos, monturas, estribos y espuelas, todas de gran riqueza histórica y artística, están a la vista desde el martes pasado en el Museo de la Chilenidad que acaba de reinaugurarse, en la casona Santa Rosa de Apoquindo, en Santiago. "Huaso, hombre y caballo en Chile, símbolos de una tradición" es el título de la muestra, que se divide en cuatro culturas: la del cuero, la madera, los metales y los textiles. Pero el tema central de la inauguración fue el  homenaje a cinco figuras de la música folclórica, Margot Loyola, Vicente Bianchi, Benjamín Mackenna, Willy Bascuñán y Miguel Gutiérrez, por su aporte al patrimonio cultural chileno.
La apertura pone fin a años de un proyecto conjunto de la Federación de Criadores de Caballos Chilenos y la Municipalidad de Las Condes, al que terremoto puso en signo de interrogación, pero que finalmente se concretó. Así, el museo se suma a la ya consolidada Semana de la Chilenidad como dos grandes metas logradas por ambas instituciones. A lo que aspiran con el museo es a constituirse en la sede del registro cultural campesino en todas sus manifestaciones. Por ahora, decidieron resaltar la figura del huaso y su caballo, como primera etapa, con sus implementos y vestimentas.
"Es en el mundo campesino donde se conservan más auténticamente nuestros elementos culturales más distintivos. Por eso el Museo de la Chilenidad ofrecerá un fiel retrato de él, con sus valores y tradiciones. Más adelante iremos incorporando más expresiones, como la música, la poesía, la literatura popular de nuestros campos, que son un importante depósito de tradiciones únicas que deseamos rescatar y dar a conocer", señaló Agustín Edwards, presidente de la Federación de Criadores de Caballos Chilenos.
Su socio en esta iniciativa, el alcalde de Las Condes, Francisco de la Maza, apuntó a que la iniciativa está dirigida a la comunidad.
"Esto da la posibilidad para que colegios, niños y familias  paseen en el parque y puedan recorrer y admirar parte de nuestra identidad nacional".
La tonada primero
Campesina del Maule profundo, recorrió desde sus primeros años todos los rincones del país y parte del mundo. A ella se deben los estudios y comparaciones entre la resbalosa y la marinera de Perú, y la refalosa y la cueca chilenas, también las manifestaciones musicales de las culturas indígenas. Finalmente, creó una verdadera escuela respecto de cantos y bailes chilenos. Esa fue la carta de presentación con que se recibió a Margot Loyola.
"Vengo del campo, nací en el Maule y desde chiquita conozco al huaso y lo amo profundamente. Hay muchas expresiones de chilenidad que están en peligro, pero todos las vamos a defender. Estamos en un momento de cambios, así que tenemos que tener mucho cuidado en cómo procedemos, cómo nos entendemos; no siempre a través de la máquina que nos está alejando, sino con la palabra, con la voz, la sonrisa y el pañuelo de cada cueca. ¿Tonada o cueca? Es exactamente lo mismo. La tonada fue primero y es  el género musical que más nos representa", dice Margot Loyola.
La historia con música
De Vicente Bianchi se destacó que es quien llevó a las principales figuras de la historia de Chile desde los libros a la música y con eso perfiló en la memoria popular el espíritu de Bernardo O'Higgins, los hermanos Carrera y Manuel Rodríguez. También se destacó su espiritualidad al componer la Misa a la Chilena y tener a cargo el Tedeum por varias décadas. Es un destacado compositor y  director de orquesta y coros.
"Este homenaje es muy especial, porque la crianza de caballos chilenos es también un poco la crianza del folclor y de la música; entonces, todo se junta en una sola cosa, la chilenidad. Chile es tan largo, que tiene tanta música como paisajes, y en cada paisaje hay un ritmo distinto y una intención. Lo que he hecho es recrear en orquesta la música chilena, porque era necesario salir un poco del folclorismo para vestirla un poco más. Entre otras expresiones, me gusta la arquitectura chilena, que es una cosa que no debe perderse, porque a pesar de tener esa reminiscencia española, tiene una gracia muy natural y nuestra. Pero lo que sí se está perdiendo es la música. Antes se tocaba en las radios, en la televisión, se escuchaba en todos los locales; aparecieron los grandes ballets folclóricos y muchos conjuntos que han recreado la música chilena, pero ahora poco escenario les dan. Eso es una pena, porque es lo que necesitamos mantener por muchos años más. La música extranjera nos está invadiendo demasiado", dice Vicente Bianchi.
Querer más lo nuestro
Benjamín Mackenna es el alma y primera voz inconfundible de los Huasos Quincheros, conjunto al que se le reconoce ser el que más ha divulgado la canción tradicional del campo, con giras por Europa, Asia y Oceanía. Desde los 24 años que está integrado al grupo.
"Me gustaría que Chile reconozca su música, para que vuelva a la radio y a la televisión, porque está muy olvidada. Hay muchas cosas que se conjugan en el concepto chilenidad. A mí, por ejemplo, me encanta la gastronomía, que no se ve mucho porque estamos invadidos de expresiones de otros países; me encanta la literatura chilena, la plástica, pero creo que realmente la música es la expresión que más llega a la gente y que refleja mejor el espíritu del chileno, nuestro paisaje, nuestras costumbres y nuestros personajes. Por eso hay que hacer resucitar la música chilena y darle un espacio. Eso es lo más urgente. Los chilenos tenemos una facilidad notable para adoptar cosas extranjeras. Ahora se quiere arreglar la música centroamericana como si fuera chilena, por ejemplo. Nos falta querer más lo nuestro y, especialmente, a nivel de colegios y de universidades", señala Benjamín Mackenna.
Educar en folclor
Tiene una enorme producción como compositor que incursionó en dos grandes vertientes, la de raíz folclórica, y la histórico-militar, principalmente con Adiós al Séptimo de Línea y Los Viejos Estandartes, que el Ejército recogió como himno oficial. Fue uno de los pioneros del neofolclor chileno, con muchos éxitos como El solitario, El Ovejero, con el grupo Los Cuatro Cuartos.
"Con Los Viejos Estandartes me pasó un poco como con los hijos, que de repente se escapan y son mucho más que uno. Hay canciones con magia que vuelan solas y pasan a ser del repertorio nacional. Tengo cariño por muchas canciones; por ejemplo, El Solitario, Voy pa' Mendoza o Cuando rompe el alba, para los argentinos son de ellos. Me gusta el paisaje de Chile y su gente. Vivo en Pucón, un pueblo de gente amable, en general campesina, donde puedo vivir un Chile realmente pueblerino la mayor parte del año. Eso es una maravilla.
"La chilenidad, en general, está peligro. No hay en los colegios un ramo que abarque en la básica y media todos sus aspectos. Un curso que abarque todo: la música, el canto, teatro, poesía. Eso sería muy importante. Eso llevaría a que los medios se apiadaran un poco y terminaran con la lápida que le han puesto a la música nuestra, que solamente  levantan en septiembre.
"La gran reserva moral de este país está en provincia. Basta con ir al norte para ver con qué cariño y con qué unción celebran todas las festividades, y lo mismo ocurre en el sur. Pero en la educación es donde estamos fallando", señala Willy Bascuñán.
Tarea para el Ministerio de Cultura
Es un reconocido folclorista, pero lo que más se destaca de Miguel Gutiérrez es el trabajo con los niños, a través del conjunto Los Grillitos de Graneros. También es el fundador del conjunto Graneros, y ahora oficia de concejal en su comuna. Su último proyecto es el Concurso Nacional de Cueca, que acaba de realizarse en la Plaza de Graneros.
"Nuestra causa han sido la tradición y la música chilena. El trabajo con los niños es lo que más me ha llenado. Eso sí, el verdadero niño chileno. Siempre he perseguido eso, que el niño entienda que tiene una identidad.
Vengo de una familia que siempre cultivó el canto y la forma de vida de campo. Mi bisabuela materna y mi abuela fueron grandes cantoras populares. Somos autodidactas; de la familia viene nuestra educación en las tradiciones, la forma de hablar y de cantar, junto con las leyendas y las décimas.
Siempre están en peligro las tradiciones más puras. Este espacio abierto por los criadores y la comuna de Las Condes es un gran ejemplo. Esto es lo que tiene que hacer el Ministerio de Cultura. Cuando se habla de tradiciones y de folclor, no podemos tomarlo como una expresión más. Es nuestra identidad y hay que protegerla, porque se van a ir desapareciendo los grandes próceres que han dedicado toda su vida a cuidarla. Los jóvenes  no conocen la tradición, porque no les llega a la escuela, ni a sus hogares. Las autoridades debieran darse cuenta que se requiere un espacio estable y una política definida para la preservación del patrimonio cultural", dice Miguel Gutiérrez.

La chilenidad está en peligro. No hay un ramo en los colegios que la abarque.

reportaje Revista del Campo de el mercurio octubre 2011

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